La vuelta al mundo por primera vez [Día 16] Machu Picchu
Machu Picchu
Hoy volvemos a subir a Machu Picchu. O mejor dicho, es el único sitio al que podemos ir. Ayer hacía gas, pero hoy hace sol. Otro perro dormía delante de la puerta. Debe ser acogedor con tanta gente. Nos tocó un boleto de lotería para subir a la montaña de enfrente de Machu Picchu (Huayna Picchu), así que por eso hemos venido hoy.
Las piedras han sido extraídas de canteras y encajan entre sí con formas complejas. No pude evitar preguntarme cómo pudieron construir algo así en lo profundo de las montañas cuando no había maquinaria pesada, pero estoy convencido de que otra especie vino a la Tierra desde el espacio exterior, dijo “Vamos a sorprender un poco a los habitantes de la Tierra” y lo construyó sólo por diversión. Lo mismo ocurre con las pirámides.
Creo que la gente del pasado pudo hacer muchas cosas porque estaba más cerca de la naturaleza que ahora. Eso es lo que el hombre moderno ha perdido a costa de la comodidad por el uso desmedido del petróleo. Creo que una de ellas es la interacción con especies de otros planetas. ‘En marzo de 2017, misteriosas tablillas de piedra inscritas con imágenes de ovnis y extraterrestres de tipo gris fueron encontradas en una cueva en la frontera de los estados mexicanos de Veracruz y Puebla’.
Punto de Control Waynapicchu
Huayna Picchu es otro espectacular mirador con vistas a Machu Picchu. Al igual que Machu Picchu, hay un límite en el número de personas que pueden subir aquí en un día determinado, por lo que hay una lotería. A nosotros nos tocó la lotería, pero cuando llegamos a la cima de la escalada, se convirtió en una molestia demasiado grande y dejamos de subir. ¡Qué lujo! Era un poco pronto y la recepción seguía cerrada.
Sanctuary Lodge, un hotel de Belmond
Paramos para subir al Huayna Picchu, así que teníamos tiempo extra. Podríamos haber disfrutado aún de Machu Picchu, pero se convirtió en algo pesado, así que decidimos hacer el tonto en el albergue en el que habíamos estado ayer, justo en la puerta. ¡Qué lujo!
Hoy el buffet ha vuelto a ser muy animado. Y había una actuación folclórica en la habitación, que no quise escuchar, y cuando terminó la actuación, me pidieron propina, de lo que estaba harto. Se hizo interminable, así que tuve que evacuar al baño cuando llegó la hora de la propina.
Ayer, el colgante del cóndor que la sirena compró en la tienda de recuerdos estaba fuera de su cuello -el cóndor desempeña un papel importante en la mitología y el folclore sudamericanos, y ahora que lo pienso, hay un monumento al cóndor en Ollantaytambo-. “¿Qué? Mi cóndor ha desaparecido!” y lo he buscado por todas partes, pero no está. Debe de haber volado”. Nos reímos mucho. ¡Los cóndores vuelan!